Cometas

Con la posible excepción de los anillos de Saturno, los cometas son los objetos más hermosos del sistema solar. Sus colas de lazos pueden extenderse a lo largo de millones de millas, dándoles una cualidad etérea inigualable.

A close-up view of Comet Tempel 1 from the Deep Impact probe.

Vista de cerca del Cometa Tempel 1 desde la sonda “Deep Impact”

Para los astrónomos, sin embargo, la belleza de un cometa no reside sólo en su aspecto, sino en su constitución: un cometa es una cápsula temporal congelada que contiene parte del material original de la nube de gas y polvo de la que se formaron la Tierra y otros planetas.

La teoría actual sugiere que los planetas se formaron cuando pequeños granos de hielo y roca se juntaron para formar cuerpos más grandes, llamados planetesimales que, a su vez, se unieron posteriormente para formar los planetas. 

Al aumentar los planetas de tamaño, también aumentó su influencia gravitacional.  Encuentros con Júpiter y los demás planetas gigantes expulsaron a muchos planetesimales a órbitas distantes alrededor del Sol. 

Muchos de los planetesimales fueron enviados a una región conocida como el Cinturón de Kuiper, que lleva el nombre del astrónomo que predijo sus existencia en 1951: Gerard Kuiper.  Esta zona con forma de rosca empieza fuera de la órbita de Neptuno y, probablemente, se extiende dos o tres veces más allá del Sol. 

Aunque entonces no se sabía, el primer miembro del Cinturón de Júpiter fue descubierto en 1930: el planeta Plutón.  Hasta 1992 no se descubrió ningún otro miembro, cuando innovaciones tecnológicas como el Telescopio Espacial Hubble, nuevos telescopios terrestres de mayor tamaño y técnicas para corregir los efectos distorsionadores de la atmósfera de la Tierra, hicieron posible detectar objetos más tenues y más distantes.  Desde entonces, el censo de objetos del Cinturón de Kuiper ha aumentado hasta casi 1000.  La mayoría son bastante pequeños, pero unos pocos son como la mitad de Plutón, o más grandes, lo que los hace mundos interesantes en sí mismos.

Kuiper Belt

Sol Órbita de Plutón: El Cinturón de Kuiper puede contener decenas de millones de cometas helados más allá de la órbita de Neptuno. Plutón es uno de sus miembros más grandes

Aunque el Cinturón de Kuiper puede contener decenas de millones de remanentes planetesimales , tal vez haya muchos más en una zona conocida como la Nube de Oort.  Lleva el nombre de Jan Oort, un astrónomo danés que la describió por primera vez en 1950.  Estos objetos recibieron un “puntapié” más potente de los planetas gigantes, que los envió a distancias de hasta un año luz en el espacio –aproximadamente una cuarta parte de la distancia del Sol a su vecino estelar más cercano.  La Nube de Oort puede contener cientos de miles de millones de planetesimales en una “envoltura” que rodea al Sol.

La ilustración muestra “chorros” de gas saltando al espacio desde la helada superficie de un cometa

La ilustración muestra “chorros” de gas saltando al espacio desde la helada superficie de un cometa

Los planetesimales de la Nube de Oort y del Cinturón de Kuiper probablemente son trozos de roca mezclada con agua y gases congelados.  El astrónomo Fred Whipple los describió en una ocasión como “bolas de nieve sucia.”  Esta composición explica cómo un planetesimal realiza la espectacular transición que termina produciendo un cometa.

De vez en cuando, un miembro de la Nube de Oort o del Cinturón de Kuiper es sacado de su órbita y empieza a descender hacia el Sol.  Al acercarse al Sol, se calienta. Parte del hielo de su superficie se vaporiza y es expulsado al espacio, lo que libera también diminutas partículas de roca.  Este material forma una vasta nube de gas, conocida como una coma, que rodea el núcleo.  La presión de la radiación del Sol, unida al flujo de partículas eléctricas conocidas como viento solar, impulsa parte de este material, alejándolo del Sol y formando la cola alargada y resplandeciente que les da a los cometas su hermoso aspecto y su nombre: cometa viene de la palabra latina para “cabello.” 

Los asteroides de la Nube de Oort siguen órbitas largas y estiradas que les alejan hasta las zonas frías del espacio profundo, mientras que los cometas del Cinturón de Kuiper siguen órbitas más cortas que pueden acercarlos al Sol cada pocos años.  El cometa más famoso, Halley, es del Cinturón de Kuiper, y  regresa al interior del sistema solar cada 76 años. 

Como los cometas son restos de la formación de los planetas, tienen interés especial para los científicos planetarios.  El estudio de los cometas de cerca y la recolección de muestras de su material deberían revelar nuevos detalles sobre los materiales y las condiciones que dieron origen a los planetas.

Los cometas también pueden haber tenido un papel importante en la evolución de la Tierra. Muchos científicos creen que los cometas proporcionaron gran parte del agua de la Tierra cuando se estrellaron en nuestro planeta, hace miles de millones de años.  Los cometas pueden incluso haber aportado los componentes orgánicos que dieron origen a la vida, haciéndoles todavía más interesantes como objetos de estudio.

Exploracion de Cuerpos Pequeños